15 abril 2011

this & that

leah está aprendiendo a hablar. ese momento que parecía lejano parece haber aterrizado en nuestra casa esta semana.
su reducido elenco de palabras (bye bye, hello, titta, mamá, pappa, abu y tack) se ha visto multiplicadísimo.
el miércoles nos sorpendió diciendo jamón y queso en sueco (skinka -kinka según leah- y ost). además, dice kaka (galleta en sueco), plapla (plátano), gracias, thank you y tack. la niña es agradecida en versión multilingüe.
ahora yo estoy deseando volver a casa para ver qué ha aprendido.

en otro orden de cosas, esta soy yo de rubia. la foto está (bastante) exagerada, en realidad no es tanto el cambio. más bien estoy exactamente igual que siempre pero con canas si me ves desde lejos. canas de mentira, se entiende.



más. tenemos planazo para el fin de semana: limpiar la casa y hacer la compra. yeah!
¿por qué? porque el lunes vienen mis padres. yeah! (este sin sarcasmo).
preveo una semana de mimos de mami, torrijas, huevos rotos y croquetas. sí, sí, sí. una pena no poder poner la guinda en el pastel con un picadillo de morcilla. querida aduana: ¿cuándo permitiréis importar ese gran producto español que es cualquier cosa procedente del cerdo? (lo dice la que es vegetariana los días impares).

por último, hoy tenemos comida internacional en la oficina. cada cual trae algo de su país (sorprendentemente, no hay ni un solo americano en mi equipo). yo he traído una tortilla. me echaría el mérito a las espaldas, pero tengo un marido que es un sol y ayer cuando llegué a casa me tenía la tortilla preparada. por favor, aplaudidle.
yo he hecho unas rosquillas.

eso de llegar a casa y encontrar la tortilla hecha me recordó a una anéctoda de la infancia. cuando vivía en talavera de pequeña teníamos un vecino que era el clásico "tiparraco" español. os podéis imaginar, carne de anis en el bar a cualquier hora del día.
de hecho, si no recuerdo mal, era el que regentaba el bar de debajo de casa.
el caso es que por las noches, cuando cerraba el bar, subía y se ponía a gritar a su mujer... "todo el puto día trabajando para encontrarme un par de huevos fritos fríos". y así cada noche. creo que un día salió con una escopeta a la calle. era un sábado como a las 4 de la tarde y ahí estaba el hombre, amenazando con pegar tiros.
igual estoy mezclando las historias y eran dos distintos (de personajes está el mundo lleno), pero me acuerdo de mí con cuatro años intentando oler por el balcón y mis abuelos diciéndome que me estuviera quieta.

en fin. esa era la plaza santa leocadia a finales de los ochenta.
y ahora voy  cortar la tortilla (fría).
buen finde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario