patria chica

estoy en casa de mis padres. esa que aparece de fondo es mi cama de toda la vida, en casa de mis padres. ayer, después de entrar en un vórtice espacio-tiempo y que llegara a bajaras medio drogada (¡gracias jet-lag!) pude descansar. exactamente 14 horas de descanso absoluto.
leah se lo pasó genial con sus abuelos y su tía. les ha hecho ya todo el repertorio e incluso está aprendiendo cosas nuevas; cuando la veas, pregúntale qué hace loquillo...

eso sí, su gran amor en casa es este señor:

no para de ir a jugar con él, acariciarle y tocarle la nariz. primero la suya, luego la de rufo... y luego le da el chupete. felicidad absoluta.
también ha estado jugando con martina. y con el coche de pocoyó de martina. creo que nos va a tocar regalarle uno igual...

yo, por mi parte, desde que he llegado he tratado de hacer todos los musts: desayunar churros, cenar un bocadillo de jamón con tomate, dormir hasta las tantas, salir a tomar algo el sábado por la noche. lo básico, vaya.
y, por cierto, ahora que no se puede fumar, en los bares de tapas apesta a fritanga.

me alegra que markus me vaya retransmitiendo san francisco a través de su blog. se hace más llevadero, aunque me da una envidia tremenda (¡menudo viaje en bici!).

esta semana toca tomársela tranquila. mamá, no sigas leyendo. ya estoy recuperada del jet-lag pero voy a aprovecharme, poner morritos y que me mimen.

no tengo teléfono; mis amigos de vodafone lo han cortado. así que podéis llamarme al teléfono de casa o al mail, que también lo contesto. (por cierto, no os perdáis mi artículo de mañana en yahoo!... niños y tecnología).

seguiré retransmitiendo, desde la ciudad de la cerámica this time!

silvia